sábado, 26 de junio de 2010

El poeta de la colmena y su Destino

Un jovencito melenudo hace versos entre la baraúnda. Está evadido, no se da cuenta de nada; es la única manera de poder hacer versos hermosos. Si mirase para los lados se le escaparía la inspiración. Eso de la inspiración debe ser como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa; si no, no se explicarían muchas cosas.
El joven poeta está componiendo un poema largo, que se llama Destino. Tuvo sus dudas sobre si debía poner El destino, pero al final, y después de consultar con algunos poetas ya más hechos, pensó que no, que sería mejor titularlo Destino, simplemente. Era más sencillo, más evocador, más misterioso. Además, así, llamándole Destino, quedaba más sugeridor, más... ¿cómo diríamos?, más impreciso, más poético. Así no se sabía si se quería aludir al destino, o a un destino, a destino incierto, a destino fatal o destino feliz o destino azul o destino violado. El destino ataba más, dejaba menos campo para que la imaginación volase en libertad, desligada de toda traba.

Camilo José Cela. La colmena.

1 comentario:

  1. Vaya, veo que eres una chica culta donde las haya... a ver si te veo un día publicando tu propia novela ;-D ¿No sabes quién soy? Pues entonces te diré que una buena infusión de clavos puede curar muchas cosas... buenas noches!

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