sábado, 26 de junio de 2010

El poeta de la colmena y su Destino

Un jovencito melenudo hace versos entre la baraúnda. Está evadido, no se da cuenta de nada; es la única manera de poder hacer versos hermosos. Si mirase para los lados se le escaparía la inspiración. Eso de la inspiración debe ser como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa; si no, no se explicarían muchas cosas.
El joven poeta está componiendo un poema largo, que se llama Destino. Tuvo sus dudas sobre si debía poner El destino, pero al final, y después de consultar con algunos poetas ya más hechos, pensó que no, que sería mejor titularlo Destino, simplemente. Era más sencillo, más evocador, más misterioso. Además, así, llamándole Destino, quedaba más sugeridor, más... ¿cómo diríamos?, más impreciso, más poético. Así no se sabía si se quería aludir al destino, o a un destino, a destino incierto, a destino fatal o destino feliz o destino azul o destino violado. El destino ataba más, dejaba menos campo para que la imaginación volase en libertad, desligada de toda traba.

Camilo José Cela. La colmena.

martes, 22 de junio de 2010

Instantes caóticos

El mar de la duda asoma. El tiempo corre. La piedad es buscada en un mundo irregular e irreverente. Quizás el pasado no lo es todo. Somos impulsos. El agua corre, cae, el calor altera, el miedo hace vivir y quien vive siente, y sufre. Las banderas matan pero no lo notas, lo sabes, te callas. A veces ríes. Sueñas, pero “carpe diem”. Lo sabes, avisas, y quien avisa no es traidor. Adoptas música, tu banda sonora, tus sensaciones. Del desorden adoptas armonía, el orden te provoca mal estar. Ahora necesitas un esquema. ¿Quién eres, entonces? La búsqueda, la búsqueda. Ahora calma, ahora sígueme. No me esperes. Háblame. ¿Somos impulsos? Lo que la literatura esconde. La búsqueda del yo.

Patri Martínez.

Archivo del blog

Seguidores